¿Cumpleaños o cumplesueños?

Quiero tomarme este espacio para agradecer a todos los que me saludaron por mi cumpleaños, por ofrecer hoy su tiempo en forma de afecto. Quiero, además, agradecer especialmente a este año que no volveré a cumplir y que fue como todos, único e irrepetible. Este espacio de tiempo me permitió desafiarme una vez más con la satisfacción de haber cumplido con mis propósitos.


Para llegar al resultado deseado, tanto el esfuerzo como el enfoque son aliados indispensables. Por eso, en primer lugar, gracias a mi cuerpo. Fue un fiel ladero que me acompañó perfectamente en cada paso, en cada tramo con salud: ni un solo traspié aun en mi indiferencia. Hay muchos factores importantes en la consecución de resultados y algunos que suelen darse por obvios, por ejemplo el cuerpo, son determinantes, y es por esto que lo resalto, dado que el cuidado del cuerpo es esencial para que broten de nuestro ser las emociones necesarias que empujen a la meta. No subestimar la salud.


Gracias a mis emociones, que están ahí tan presentes y que me hacen recordar una y otra vez que estoy vivo. ¿Se pueden concretar resultados sin entusiasmo, valentía, sensibilidad, compromiso, flexibilidad, apertura? ¿Se pueden apreciar sin haber transitado angustias, dolores, vulnerabilidad, desazón, tristezas, agotamiento, decepción? La observación de las dualidades dimensiona, fortalece en el nombre de la experiencia.


Cada vez que se vence un obstáculo la recompensa es la aparición de un mundo hasta allí desconocido. Lo nuevo se cobra un riesgo para ser bienvenido. Aprender, después de todo, es solo hacer hoy lo que ayer no podía/sabia.

Gracias a mis conversaciones privadas cuya constancia permitió encontrarme hoy en la situación de plenitud que anhelé. Las conversaciones privadas son aquellas que tenemos con nosotros mismos, lo que nos decimos de lo que nos pasa o que nos gustaría que nos pase. Estar atentos al “parloteo interno” es fundamental para superar dificultades y disfrutar del proceso. En gran medida, marcará a fuego las decisiones a tomar. Son protagonistas de victorias o derrotas, ambición, resentimiento, deseo o deberes, tengo o quiero, vivo o duro.


La vida oscila como el mar trayendo olas nuevas y llevándose otras. Para observar ese movimiento se requiere estar presente ahí al borde de la orilla para ver cuál tomamos y cual dejamos ir. Gracias al universo porque no deja de sorprenderme y con ello mantener la llama viva del asombro.

Si culturalmente solo cumplirías años por deseo cumplido, ¿cuántos años pensás que tendrías? ¿Muchos, pocos, todos? Tal vez, se podría plantear la fecha de nacimiento como un “cumplesueños”. Si no hay conciencia de lo que se celebra se puede festejar estar vivo o bobo, ¿no? Dependerá de cada uno presentarse a elegir entre el significado o convertirse en una excusa rodando por la ladera del no hacerse cargo para terminar apilado en el valle de la resignación.
“Las dificultades preparan a menudo a una persona normal para un destino extraordinario” -C.S. Lewis. Queda el interrogante entonces ¿cumpleaños y/o cumplesueños?